"Pueblo viejo de Belchite, ya no te rondan zagales, ya no se oirán las jotas que cantaban nuestros padres." NATALIO BAQUERO (1954)
Belchite, enclave mágico por excelencia y a la vez muestra tangible del horror de la guerra, fue uno de los primeros emplazamientos que quedaron anotados en nuestra libreta de lugares imprescindibles a los que ir a investigar. Su de sobra conocida fama de albergar multitud de sucesos paranormales entre sus ruinas era motivo mas que suficiente para hacer un sobre esfuerzo y realizar las 2 horas y media de viaje que separan Pamplona de este histórico y antaño prospero pueblo de la provincia de Zaragoza.
Esta vez nos hemos juntado 9 personas en las que se incluyen Bea, Joseba, Javi, Andrea, Rubén, Sergio, Sara, yo, y como nueva incorporación Laura.
Nada mas llegar aparcamos el vehículo en la cara Sur, justo en la zona mas alejada al portal que une el pueblo viejo con el nuevo. Decidimos entonces realizar la primera visita de reconocimiento a la zona mientras aun se mantuviese la luz del día. Poco a poco nos fuimos adentrando en el pueblo y pudimos comprobar que era mucho mas extenso de lo que creíamos y también mucho mas concurrido de lo que esperábamos.
Llegamos primero a la iglesia de San Martín y al convento de San Rafael...
... proseguimos hacia el interior hasta la plaza de la torre del reloj, donde dicen que fusilaron entre otros al alcalde, y hacemos una parada para subir a los mas alto del torreón donde obtenemos una perspectiva mas amplia de la zona...
... después continuamos la marcha y visitamos el cementerio y el convento de San Agustín antes de volver ya de noche al punto de partida, donde cenamos y esperamos en la furgoneta a que se despeje la zona de tanto turista.

Como anécdota he de contar que cuando nos encontrábamos en el trayecto que va desde el cementerio hasta la entrada del pueblo nuevo, varios miembros del grupo pudimos ver en el cielo una pequeña bola de luz que se elevaba por el Oeste, dibujando una trayectoria similar a la que realizaría un globo. Fue algo bastante fugaz que desapareció finalmente entre las nubes. Lamentablemente y debido a que la cámara de fotos la llevaba Rubén, que en esos momentos estaba bastante mas atrasado que nosotros, no dio tiempo a realizar ninguna fotografía. Rápidamente pensamos en un globo sonda por la similitud de sus características y no le dimos mas importancia al hecho.
A eso de las 11, todos excepto Sara que se encuentra algo indispuesta y yo, vuelven a recorrer las ruinas para comprobar que todo este despejado. Me van informando por el walkie que sigue estando el pueblo muy concurrido y que tendremos que retrasar algo mas la investigación. Mientras, un coche aparca justo al lado del nuestro y de el salen 5 personas que enseguida entablan conversación conmigo. Son de Calahorra y nos acompañaran el resto de la noche puesto que han venido para lo mismo que nosotros y decidimos unir fuerzas y experiencia.
Uno de ellos me enseña una foto en la pantalla de su cámara digital porque creen haber captado la sombra de alguien agazapado en las ruinas de la iglesia de San Martín. Yo observo la foto y después de unos segundos de duda me doy cuenta de que es la propia sombra del que está sacando la instantánea, aunque realmente en esa pantalla tan pequeña parecía la silueta de una niña agachada en un rincón del semiderruido templo.
A las dos menos 20 decidimos que ya no podemos esperar mas y comenzamos con la investigación, aun sabiendo que cualquier cosa que quedara catalogada como sospechosa en los audios obtenidos iba a estar siempre en duda debido a la gente que había merodeando aun por la zona. No obstante empezamos por la iglesia de San Martín, justo en el agujero donde cuentan que se oyen voces y lamentos en su interior... Realizamos varias preguntas entre ambos grupos pero no obtenemos nada.
Salimos de la iglesia y nos dirigimos al cementerio o monumento a los caídos, lugar que al parecer se uso como fosa común durante el asedio al pueblo. Nos sentamos todos en el suelo y colocamos una vela en el centro para dirigir a los espíritus hacia ese lugar en concreto. Volvemos a grabar tanto audio como vídeo y de nuevo no obtenemos nada. No obstante y durante el transcurso de la grabación, al parecer una piedra salio disparada desde dentro del monumento, llegando a golpear incluso en la espalda de Andrea. Yo, que en esos momento me encontraba absorto en la realización de la grabación de audio reconozco que no observé nada, pero varios de los presentes aseguraron haberla visto caer.
Tras esto nos dirigimos al convento de San Agustín donde había unos fotógrafos que nos increparon por apuntar a sus cámaras con las linternas y fastidiarles así las fotos de larga exposición que estaban realizando. Obviamente nosotros no sabíamos nada y tras disculparnos esperamos pacientes a que terminaran y se fueran a otra zona. Una vez dentro volvimos a realizar una sesión mas de grabación de audio con idénticos resultados. Pensamos entonces en volver al cementerio donde minutos antes nos habían lanzado una piedra. Llegamos y repetimos la misma operación de antes, pero esta vez podemos distinguir a lo lejos como los fotógrafos, a los que antes habíamos dejado terminar su tarea, nos llaman frikis e imitan voces de fantasmas para sabotear nuestras grabaciones, demostrando con ello muy poca educación. Decidimos dejar la investigación por esta noche y nos dirigimos a los vehículos pasando delante de ellos pero esta vez sin apagar las linternas. Nos despedimos del grupo de Calahorra prometiéndoles quedar para otra ocasión y regresamos a Pamplona.
Belchite, que probablemente fuera uno de los puntos encantados de nuestra geografía que mas ganas teníamos de visitar, acabó defraudandonos no tanto por la historia que encierran sus esqueléticos edificios, que es mucha y te hace pensar muy seriamente en la locura del ser humano, si no por lo turístico que es. En ningún momento tuvimos esa sensación de inquietud que te acompañaba constantemente en otros lugares en los que habíamos investigado, ese extraño pero adictivo temor que te recorría el cuerpo cada vez que oías un crujido por pequeño que este fuera. Pero claro, por mucho que lo deseemos, no siempre vamos a llegar a casa cargados de evidencias haciéndonos creer que esto es una tarea sencilla y que tan solo hay que llegar, poner la grabadora y esperar que "alguien" nos obsequie con unas cuantas palabras. Y es que esto consiste en repetir una y otra vez hasta que el misterio, un ser muy escurridizo, decide presentarse ante ti...
Nada mas llegar aparcamos el vehículo en la cara Sur, justo en la zona mas alejada al portal que une el pueblo viejo con el nuevo. Decidimos entonces realizar la primera visita de reconocimiento a la zona mientras aun se mantuviese la luz del día. Poco a poco nos fuimos adentrando en el pueblo y pudimos comprobar que era mucho mas extenso de lo que creíamos y también mucho mas concurrido de lo que esperábamos.
Llegamos primero a la iglesia de San Martín y al convento de San Rafael...

Como anécdota he de contar que cuando nos encontrábamos en el trayecto que va desde el cementerio hasta la entrada del pueblo nuevo, varios miembros del grupo pudimos ver en el cielo una pequeña bola de luz que se elevaba por el Oeste, dibujando una trayectoria similar a la que realizaría un globo. Fue algo bastante fugaz que desapareció finalmente entre las nubes. Lamentablemente y debido a que la cámara de fotos la llevaba Rubén, que en esos momentos estaba bastante mas atrasado que nosotros, no dio tiempo a realizar ninguna fotografía. Rápidamente pensamos en un globo sonda por la similitud de sus características y no le dimos mas importancia al hecho.
A eso de las 11, todos excepto Sara que se encuentra algo indispuesta y yo, vuelven a recorrer las ruinas para comprobar que todo este despejado. Me van informando por el walkie que sigue estando el pueblo muy concurrido y que tendremos que retrasar algo mas la investigación. Mientras, un coche aparca justo al lado del nuestro y de el salen 5 personas que enseguida entablan conversación conmigo. Son de Calahorra y nos acompañaran el resto de la noche puesto que han venido para lo mismo que nosotros y decidimos unir fuerzas y experiencia.
Uno de ellos me enseña una foto en la pantalla de su cámara digital porque creen haber captado la sombra de alguien agazapado en las ruinas de la iglesia de San Martín. Yo observo la foto y después de unos segundos de duda me doy cuenta de que es la propia sombra del que está sacando la instantánea, aunque realmente en esa pantalla tan pequeña parecía la silueta de una niña agachada en un rincón del semiderruido templo.
A las dos menos 20 decidimos que ya no podemos esperar mas y comenzamos con la investigación, aun sabiendo que cualquier cosa que quedara catalogada como sospechosa en los audios obtenidos iba a estar siempre en duda debido a la gente que había merodeando aun por la zona. No obstante empezamos por la iglesia de San Martín, justo en el agujero donde cuentan que se oyen voces y lamentos en su interior... Realizamos varias preguntas entre ambos grupos pero no obtenemos nada.
Salimos de la iglesia y nos dirigimos al cementerio o monumento a los caídos, lugar que al parecer se uso como fosa común durante el asedio al pueblo. Nos sentamos todos en el suelo y colocamos una vela en el centro para dirigir a los espíritus hacia ese lugar en concreto. Volvemos a grabar tanto audio como vídeo y de nuevo no obtenemos nada. No obstante y durante el transcurso de la grabación, al parecer una piedra salio disparada desde dentro del monumento, llegando a golpear incluso en la espalda de Andrea. Yo, que en esos momento me encontraba absorto en la realización de la grabación de audio reconozco que no observé nada, pero varios de los presentes aseguraron haberla visto caer.
Tras esto nos dirigimos al convento de San Agustín donde había unos fotógrafos que nos increparon por apuntar a sus cámaras con las linternas y fastidiarles así las fotos de larga exposición que estaban realizando. Obviamente nosotros no sabíamos nada y tras disculparnos esperamos pacientes a que terminaran y se fueran a otra zona. Una vez dentro volvimos a realizar una sesión mas de grabación de audio con idénticos resultados. Pensamos entonces en volver al cementerio donde minutos antes nos habían lanzado una piedra. Llegamos y repetimos la misma operación de antes, pero esta vez podemos distinguir a lo lejos como los fotógrafos, a los que antes habíamos dejado terminar su tarea, nos llaman frikis e imitan voces de fantasmas para sabotear nuestras grabaciones, demostrando con ello muy poca educación. Decidimos dejar la investigación por esta noche y nos dirigimos a los vehículos pasando delante de ellos pero esta vez sin apagar las linternas. Nos despedimos del grupo de Calahorra prometiéndoles quedar para otra ocasión y regresamos a Pamplona.
Belchite, que probablemente fuera uno de los puntos encantados de nuestra geografía que mas ganas teníamos de visitar, acabó defraudandonos no tanto por la historia que encierran sus esqueléticos edificios, que es mucha y te hace pensar muy seriamente en la locura del ser humano, si no por lo turístico que es. En ningún momento tuvimos esa sensación de inquietud que te acompañaba constantemente en otros lugares en los que habíamos investigado, ese extraño pero adictivo temor que te recorría el cuerpo cada vez que oías un crujido por pequeño que este fuera. Pero claro, por mucho que lo deseemos, no siempre vamos a llegar a casa cargados de evidencias haciéndonos creer que esto es una tarea sencilla y que tan solo hay que llegar, poner la grabadora y esperar que "alguien" nos obsequie con unas cuantas palabras. Y es que esto consiste en repetir una y otra vez hasta que el misterio, un ser muy escurridizo, decide presentarse ante ti...
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